Nos trataron como familia, cuidaron de nosotros durante la estancia y estuvieron pendientes una vez abandonamos la casa para seguir nuestro viaje, da gusto conversar con ellos, nos orientaron en todo momento preocupándose por nosotros, Yami nos hizo unos desayunos que recomiendo no perderse, todo productos de temporada y frescos, y Wilber nos dió una vuelta en caballo que con ese entorno y su compañía fue de lo mejor de nuestra experiencia en la Isla (sin coste alguno extra a parte del alojamiento), la zona es impresionante, lo mas bonito de lo que conocimos y muy cerca de Cayo Jutías, recomiendo 100% el alojamiento e imprescindible conocer Viñales, y que decir de Yami y Wilber... pues que nos llevamos conocer a unas personas excelentes y que nos acogieron como uno más de casa, no iría a otro alojamiento en Viñales.