Lo elegimos porque era de lo poquito que había en tarifa a un precio aceptable reservando a última hora, así que no fuimos con muchas pretensiones.
Estuvimos en el estudio comfort, que en sí está bien: limpio, con aire acondicionado y una neverita que enfría muy bien.
Aún así las toallas estaban super antiguas, tenían bolitas de las que se forman después de estar usándolas años y años y daban repelús. Para terminar nos tocó puerta defectuosa: había que jugar con la manilla y empujar bastante para que abriera/ cerrara.
El chico que nos recibió nos atendió bien.