Es un hotel que está cerca de la calle principal de Ao Nang, a unos 20 minutos a pie de la playa, pero el hotel cuenta con un servicio de transporte gratis varias veces al día para ir y volver de la playa. De todas formas, lo que uno hace finalmente es ir caminando por la calle, vas dando un paseo, vas viendo las tiendas, spas de masajes, cafeterías, restaurantes, seven-eleven, bares, etc. Lo que más me gustó del hotel es que la vista desde el hotel, se ve la montaña, y solo eso ya merece la pena. Al no estar justo en la calle principal no se oyen ruidos, eso también es un punto positivo.
Tiene tres piscinas, todas cómodas y bonitas.
Yo estuve en una habitación del 4 nivel. Habitación amplia, con terraza, con una bañera que da al dormitorio. Un minibar en el que puedes poner tus cosas. Dos botellas de agua diarias de cortesía. El hotel tiene una vegetación muy bonita, árboles, flores, todo muy bien cuidado.
Tiene un gym con tres equipos de cardio y varios equipos de pesas que son suficientes para una estancia vacacional
El desayuno es correcto. Hay de todo un poco, sí, pero es algo repetitivo. Tiene huevos al gusto, yogurt, dos o tres tipos de fruta, panes y un buffet caliente con arroz, salchichas (no de cerdo) y una pequeña barra de ensalada.
Cabe destacar la actitud positiva de todo el personal, todos son muy amables. En especial el chico que hace los “omelettes” y el conductor Asan
En conclusión, un lugar muy recomendable para sentirse relajado