Trato exquisito de la hermana Sión,una persona maravillosa,y sobre la hospedería fantástica habitaciones modernas,buen colchón, ducha muy buena,mucha limpieza.
El desayuno completo con mermelada y bizcochos hechos por las monjas y las cenas abundantes con muchos productos de su huerta.
Totalmente recomendable,repetiremos seguro.
Blas y Maite.