Excelente ubicación, en todo el corazón de El Born, rodeado de mágicos callejones con creativas y oníricas tiendas suspendidas entre arcadas y arcos góticos donde no sabes si te saldrá algún personaje de Harry Potter o Jack el Destripador. Bares de autor cada 20 metros con pócimas y brebajes de insondables procedencias, coto de caza de bohemios, artistas, diletantes, estudiantes, coleccionistas y renacentistas, todos embrujados por igual y amparados bajo la magnificencia de la hiper hermosa Basílica de Santa María del Mar que reposa a escasos metros. Los apartamentos guardan una acogedora personalidad, decorados con calidez y con vistas a destartalados y acaso sugestivos balcones que presumen de cierta atemporalidad. Un diminuto ascensor los llevará a vuestros aposentos, o podrán escoger una muy histriónica y estrecha escalera donde el marmol de los inverosímiles escalones se ha rendido al paso de sus moradores y desde luego al paso del tiempo, adoptando gastadas sinuosidades: cuidado al descender, aquí no habitan dos escalones iguales...El personal de acogida super amable, la chica que nos atendió y condujo al apartamento fué toda sonrisa, luz y amabilidad, divisa tristemente cada vez mas ausente y extranjera de los rostros de los habitantes de la ciudad Condal. Apenas a un par de minutos a pie de la Plaza Palau, cerca de abastos donde apertrecharse de cualquier antojo y desde luego, algún buen tinto para que surja la poesía, lo recomendamos ampliamente.